NOTAS DEL AUTOR Y DEL DIRECTOR

EL DIRECTOR

Desde que hago teatro, como actor, adaptador, director o productor, siempre, he sentido que lo hacía “a pesar de todo”. No por una necesidad alimenticia (huelga decir que en los tiempos que corren eso es una utopía), pero si con una necesidad vital: inevitablemente, hago teatro; incuestionablemente, hago teatro; inexpugnablemente, hago teatro.

Hoy, en pleno 2020, hacer teatro es una proeza. Además de ser más necesario que nunca.

No sólo para seguir entreteniendo, no sólo para seguir contando lo que pasa, sino porque ahora, dejar de hacer teatro, es arruinar la vida a todo un sector que lleva viviendo al día años, décadas, siglos. Teatrero ahorrador es un oxímoron.

El 15 de julio de 2020 nos arremangamos para llevar
a cabo la proeza de sacar adelante esta pieza de mi compañero de fatigas en la vida y en el arte Juan Diego Botto.

Inexpugnablemente. Incuestionablemente. Inevitablemente.
Quizá hablemos de un teatro herido, pero más vivo que nunca.

Gracias por hacerlo posible.

Sergio Peris-Mencheta

 

EL AUTOR

Creo que un dramaturgo, sin darse cuenta, se pasa la vida rondando los mismos temas con distintos colores, texturas y matices. Cuando terminé de escribir esta obra tuve la sensación de que por fin había salido de los temas que han centrado mi teatro. Dejaba atrás los temas memoria, dictaduras y desaparecidos para hablar de un tema completamente distinto; Federico García Lorca. 

 Fue casi más de un año después de haber terminado la pieza cuando me di cuenta de que había escrito un texto sobre un hombre que fue detenido, torturado, asesinado y hecho desaparecer en el albur de una dictadura. Había escrito un texto sobre un desaparecido. 

Parece que al final uno siempre escribe sobre lo mismo con distintos colores, texturas y matices. 

Confío en que la pieza se explique por sí sola y quiero aprovechar estas líneas para agradecer a Sergio Peris-Mencheta que me prestara su mirada limpia para aclarar la dirección de texto, a Cristina Rota por su sensibilidad y generosidad siempre, a Olga Rodríguez por su insobornable honestidad, a Nur Levi por su infinito cuidado y a Luis García Montero e Ian Gibson por dejar que me acercara a sus trabajos sobre el mejor dramaturgo y poeta de nuestro siglo XX. 

Juan Diego Botto


Hablar de Lorca hoy es hablar de nosotros mismos

Juan Diego Botto

A %d blogueros les gusta esto: